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Las infecciones respiratorias son, sin duda, el tipo de infecciones más frecuentes en los niños en época invernal. Su espectro clínico es amplio pudiendo, en ocasiones, llegar a ser graves, sobre todo en niños de corta edad.
En los últimos años hemos asistido a un cambio sustancial en la epidemiología de los virus. Se ha afectado tanto la estacionalidad como la incidencia de los virus respiratorios, todo ello tras la aparición de virus SARS-Cov-2, comúnmente conocido como Covid. En el primer invierno tras la aparición del Covid se observó una inédita práctica desaparición de las bronquiolitis (con el Virus Respiratorio Sincitial como virus más frecuente), trasladándose a un pequeño pico estival. Los estudios realizados por distintos grupos de investigadores han señalado como principal motivo las medidas higiénicas preventivas que se implantaron, de forma excepcional, durante esos meses, aunque otros factores influirían de manera más o menos importante.
Sin embargo, después de varios años en el que el Covid ha convivido entre nosotros, se ha convertido en una infección más, de síntomas inespecíficos y de curso generalmente leve. Según el Sistema de Vigilancia de la infección respiratoria aguda (SIVIRA) en las semanas de mayor pico epidémico de esta temporada 2023-24 se ha observado una simultaneidad de los principales virus causantes de infecciones respiratorias agudas, véase, virus de la gripe (este año liderado por Influenza tipo A en más de un 90% de las muestras analizadas), virus respiratorio sincitial y virus SARS-Cov-2 [1]. La convivencia de los tres virus (tripledemia) ha desencadenado una alta tasa de infecciones respiratorias sin que se haya observado mayor gravedad ni morbi-mortalidad. [4]
Por otro lado, cabe destacar la importancia, cada vez mayor, que tiene la contaminación ambiental como causa de morbi-mortalidad en grupos bien establecidos de la población (personas mayores, embarazadas y niños). Dentro de las complicaciones más frecuentes se encuentran las infecciones respiratorias, pero además puede verse afectado el desarrollo neurológico, patologías oncológicas, enfermedades crónicas (como diabetes y asma) o alteraciones cardiovasculares, entre otros.
El ingreso del material particulado a la vía respiratoria (es decir partículas en ambiente consideradas como posibles causantes de alteración a nivel de las vías respiratorias) va a producir un estado proinflamatorio y aumento del estrés oxidativo. Esta situación aparece por alteración de la barrera que supone el epitelio de la vía respiratoria con el aumento de la permeabilidad y por tanto, facilidad de ingreso de gérmenes en la mucosa. Ello va a activar una cascada de eventos (aumento de la migración de las células encargadas de la protección y cambios en las Inmunoglublinas o defensas naturales) que desencadenará alteraciones a nivel del sistema inmune innato y el adaptativo. Como consecuencia se produce un aumento de respuesta de hipersensibilidad retardada, inflamación pulmonar crónica y enfisema pulmonar. A pesar de conocerse estos aspectos negativos de la contaminación, algunos investigadores han señalado que no se han realizado suficientes cambios de políticas públicas al respecto, los consideran lentos y de difícil implementación y cumplimiento, manteniendo a nuestro país y muchos otros con mala calidad de aire y con ello la exposición de los niños a riesgos con consecuencias a corto, mediano y largo plazo. [5]
Dada la importancia de las infecciones respiratorias a nivel poblacional con factores causantes poco modulables en la actualidad (gran capacidad de transmisión de los virus en escuelas, guarderías, ambientes cerrados en invierno, o tasa de contaminación en gran número de países) se han propiciado múltiples estudios y revisiones acerca del microbioma respiratorio y de su papel en este tipo de infecciones.
Por una parte, se ha estudiado el papel de los probióticos en el tracto respiratorio. Inicialmente estos estudios se realizaron sobre ratones que demostraron que ayudaban a mantener la integridad de la mucosa intestinal, dificultaban la absorción e internalización de virus y bacterias en las células y estimulaban la producción de metabolitos y sustancias antivirales. Pero, tras concluir, estos estudios dieron más valor a los beneficios sobre el papel en la inmunomodulación celular y humoral mediante la producción de citoquinas antivirales y proinflamatorias. [6]
Estudios y revisiones publicados recientemente (año 2022) han analizado los efectos de los probióticos en humanos con resultados muy interesantes. Estos estudios confirman el descenso del número de infecciones respiratorias de vías altas, una menor duración de las infecciones y una disminución de la necesidad de antibiótico por una infección de estas características. Un punto importante que señalar es que la toma de probióticos no supuso un aumento de los efectos adversos secundarios. [2] [3]
Cabe destacar un estudio reciente sobre el uso de los probióticos en las infecciones virales, más concretamente realizado sobre pacientes con COVID-19 sintomáticos, no hospitalizados y no vacunados. Gutiérrez et al ponen de manifiesto que la suplementación con probióticos redujo significativamente el porcentaje de pacientes con remisión completa (sintomática y viral), se observó una resolución más rápida y con menor duración de los síntomas respecto al grupo tratado con placebo. Se pudo objetivar un aumento significativo de inmunoglobulinas (tanto IgM como IgG) específicas frente al SARS-Cov-2, todo ello sin observar cambios en el microbioma de las muestras de las heces. Gutiérrez et al concluyen que el efecto beneficioso de los probióticos utilizados se debe más a la estimulación del sistema inmune que a un cambio en la composición del microbioma. [7]
Ante estos resultados se podría concluir que los probióticos son sustancias muy prometedoras en la profilaxis y tratamiento de las infecciones respiratorias, tanto virales como bacterianas, con un buen perfil de seguridad, y que sería conveniente tenerlos en cuenta en época de mayor incidencia de infecciones respiratorias, sobre todo en algunos grupos de pacientes de riesgo.
1.-Vigilancia centinela de infección respiratoria aguda. Informes semanales. Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
2.- La administración prolongada oral de probióticos podría disminuir la frecuencia de infecciones respiratorias de vías superiores. Flores Villar S et al. Evid Pediatr. 2023;19:7
3.- Zhao Y, Dong BR, Hao Q. Probiotics for preventing acute upper respiratory tract infections. Cochrane Database Syst Rev. 2022;8(8):CD006895
4.- Mesa Redonda: Infecciones en Pediatría. Todo un reto cambiante Atención a la patología infecciosa en Urgencias de Pediatría: pandemia y pospandemia. J.L. GUERRA DÍEZ.. BOL PEDIATR 2022; 62: 156-158
5.- Contaminación ambiental e infecciones respiratorias en niños. Neumol Pediatr 2021; 16 (4): 161 – 163 (Artículos de revisión/ Review articles).
6.- Probióticos en infecciones respiratorias. Open Respiratory Archives 5 (2023) 100283 (Editorial).
7.- Gutiérrez-Castrellón P, Gandara-Martí T, Abreu Y Abreu AT, Nieto-Rufino CD, López-Orduna˜ E, Jiménez-Escobar I, et al. Probiotic improves symptomatic and viral clearance in Covid19 outpatients: a randomized, quadrupleblinded, placebo-controlled trial. Gut Microbes. 2022;14(1):2018899.