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19 de marzo de 2025El intestino humano no sólo digiere alimentos, es un órgano fundamental para nuestra salud holística. Además de extraer energía de los alimentos, es responsable de la producción y absorción de moléculas esenciales para nuestra nutrición y bienestar como vitaminas y neurotransmisores. También actúa como filtro ya que se encarga de descartar compuestos indeseables, como toxinas, alérgenos, antígenos microbianos, aditivos alimentarios artificiales, nanoplásticos y otros desechos que llegan a nuestro intestino debido al consumo de productos de la industria alimentaria moderna. Cuando a esto le sumamos los efectos de las condiciones ambientales actuales, como la exposición a la contaminación, el estrés, el sedentarismo y los efectos del envejecimiento, nuestro sistema intestinal y, por ende, nuestra salud, pueden verse comprometidos1.
El intestino es la interfaz entre nuestro cuerpo y el mundo exterior
El intestino cuenta con una estructura clave llamada barrera intestinal, compuesta por una capa epitelial y una capa mucosa. Esta barrera actúa como un filtro inteligente. La capa epitelial funciona como una barrera física y funcional, formando un «escudo» que regula qué puede entrar y qué debe mantenerse fuera, y además se encarga de enviar respuestas inmunitarias pertinentes en cada caso. La capa mucosa, por su parte, lubrica y protege el epitelio, reduce la tensión mecánica sobre el epitelio y proporciona un hábitat óptimo para la microbiota intestinal, compuesta por microorganismos que desempeñan un papel crucial en nuestra salud digestiva e inmunológica 2.
Juntas, estas capas no solo aseguran el equilibrio entre absorción y protección, sino que también son fundamentales para mantener un sistema inmunitario fuerte y una microbiota intestinal saludable.
Existen numerosos problemas asociados a la permeabilidad intestinal
Cuando la barrera intestinal se ve comprometida (por diversos factores), aumenta el riesgo de sufrir una permeabilidad intestinal elevada o hiperpermeabilidad que implica la reducción del moco que protege al epitelio y el debilitamiento de las uniones estrechas entre las células epiteliales. Estas alteraciones crean pequeños espacios (o canales) en el epitelio intestinal a través de los cuales pueden pasar sustancias nocivas, como toxinas y microorganismos dañinos. Este tránsito indebido puede activar una respuesta inflamatoria y favorecer el desarrollo de diversas enfermedades inflamatorias1.
La pérdida de la función de la barrera intestinal se ha vinculado a la aparición de una inflamación sistémica crónica de «bajo grado», dando lugar enfermedades crónicas como: alergias alimentarias, enfermedad celíaca, diarrea crónica, diabetes, enfermedad de Crohn, enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y el Síndrome del intestino irritable (SII)3.
El Síndrome del intestino irritable es cada vez más frecuente
En los últimos años se ha observado un aumento en la prevalencia del síndrome del intestino irritable tanto en adultos como en adolescentes y niños. Aunque anteriormente se consideraba un trastorno de origen psicosomático, actualmente se comprende mejor su naturaleza multifactorial y se dispone de más herramientas para su diagnóstico. Las personas con SII suelen experimentar dolor abdominal recurrente, acompañado de alteraciones en el tránsito intestinal que pueden incluir episodios de estreñimiento, diarrea o una combinación de ambos, lo que afecta de manera significativa su calidad de vida. Por ello, los efectos protectores sobre la barrera intestinal de los probióticos serán aliados en el manejo de estas afecciones.
Las bifidobacterias y su efecto protector sobre la barrera intestinal
La microbiota intestinal, en particular, las bifidobacterias destacan por su capacidad de promover y reforzar la función de la barrera intestinal a través de diversos mecanismos 4.
La cepa Bifidobacterium animalis spp. lactis Lafti® B94 destaca por su capacidad de producir una elevada cantidad de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), particularmente acetato, que estimula la producción de moco intestinal y alimenta a las bacterias productoras de butirato5. Los AGCC poseen propiedades antiinflamatorias y regenerativa de la mucosa intestinal. Entre ellos, el butirato es esencial para el metabolismo energético de los colonocitos, refuerza la salud intestinal y contribuye a la reducción de los síntomas asociados con el síndrome del intestino irritable (SII)6.
Además, Lafti® B94 promueve la producción de la proteína MUC2, clave para reforzar el moco y las uniones estrechas entre las células epiteliales del intestino, fortaleciendo la barrera física. A nivel funcional, esta cepa tiene múltiples beneficios: inhibe la respuesta inflamatoria y reduce el estrés oxidativo, favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas en la microbiota, y estimula la proliferación y el metabolismo de las células inmunitarias, contribuyendo a la salud intestinal y general5.
A nivel de sintomatología ha demostrado que reduce la hinchazón, mejora el tránsito y reduce la inflamación, estos efectos combinados hacen de Lafti® B94 una cepa probiótica altamente efectiva para promover la salud intestinal y apoyar el bienestar integral7.
Probactis® Entero, tu aliado intestinal

Probactis Entero es una combinación única de la cepa probiótica Bifidobacterium animalis spp. lactis Lafti® B94, el prebiótico inulina y biotina que ayuda al buen mantenimiento de la microbiota intestinal. Esta combinación ha sido ampliamente estudiada y respaldada por evidencia científica:
- Clínicamente probado en bebés, niños y adultos.
- Se adhiere y coloniza de forma efectiva la mucosa intestinal.
- Fomenta un equilibrio de la microbiota intestinal.
- Ayuda a mantener en óptimo estado las defensas.
- Refuerza la barrera intestinal.
- Contribuye al buen mantenimiento de la permeabilidad intestinal.
Mantener un equilibrio saludable en la microbiota intestinal, junto con hábitos de vida adecuados, puede ayudar a preservar la integridad de la barrera intestinal y, con ello, mejorar la calidad de vida.
- Camilleri, M., Lyle, B. J., Madsen, K. L., Sonnenburg, J., Verbeke, K., & Wu, G. D. (2019). Role for diet in normal gut barrier function: developing guidance within the framework of food-labeling regulations. American Journal of Physiology-Gastrointestinal and Liver Physiology, 317(1), G17-G39.
- Di Tommaso, N., Gasbarrini, A., & Ponziani, F. R. (2021). Intestinal barrier in human health and disease. International journal of environmental research and public health, 18(23), 12836.
- Vancamelbeke, M., & Vermeire, S. (2017). The intestinal barrier: a fundamental role in health and disease. Expert review of gastroenterology & hepatology, 11(9), 821-834.
- Abdulqadir, R., Engers, J., & Al-Sadi, R. (2023). Role of Bifidobacterium in modulating the intestinal epithelial tight junction barrier: Current knowledge and perspectives. Current Developments in Nutrition, 102026.
- Tremblay, A., Bronner, S., & Binda, S. (2023). Review and Perspectives on Bifidobacterium lactis for Infants’ and Children’s Health. Microorganisms, 11(10), 2501.
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